Oda a la Soledad (III)

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Oda a la Soledad (I)

Oda a la Soledad (II)

.......

Y aquí recostada me encojo entera.

Armadura que del sentir me libra;

que resquebrajarla toda quisiera,

liberando el sonido que en mí vibra.

.

Si escudriñar por sus huecos pudiera

oyendo a carne que presión calibra,

rogándome que con mi voz rompiera

la celda que ha aprisionado su fibra.

.

¡Rómpete coraza en diez mil pedazos!

¡Libérate mi cuerpo a tu ansia pura!

Y sufre del deseo los latigazos

.

que, cual péndulos, pintan de amargura

a erizada piel que no encuentra brazos

donde poder resbalar su finura.

.

Suaves caricias mis poros suplican

y con suspiros acallan su espera.

apagando los fuegos que salpican

pues no hay cercana ninguna madera.

.

Y tú, Soledad, silenciosa te hallas

como quien nada que decir tuviera,

bien libre estás de pasiones humanas

más en ti siempre vivir no quisiera.

.

Que anhelo llamas, temblores y besos.

Que ansío fuerza, sudor y ternura

y las noches en que en juegos inmersos,

.

celebrábamos con cuerda locura,

bebiéndonos con luna, amor y versos

de los que se plasman sin escritura.

.

Alumbrados con la luz de una estrella,

que dibujaba en la pared figuras

entregadas a una danza tan bella

que evocaba evanescentes pinturas.

.

El éxtasis impregnaba su huella

y su aliento se hundía en mis fisuras,

ya el cuerpo con lo divino se estrella

desintegrando todas las texturas.

.

Y ahora, Soledad, mi cuerpo yace,

custodiado por inmenso vacío

que hiela calor que a revivirlo alcance.

.

-No niña, no te rindas al hastio.

Deja que al menos con amor te abrace,

y te abrigue del doloroso frío.

.................

-Merce-

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