viernes, 18 de abril de 2008

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La fruta prohibida


LUJURIA

Cuando murmuras con nervioso acento
tu cuerpo hermoso a mi cuerpo toca
y recojo en los besos de tu boca
las abrasadas ondas de tu aliento.
Cuanto más que ceñir, romper intento
una frase de amor que amor provoca
y a mí te estrechas delirante y loca,
todo mi ser estremecido siento.
Ni gloria, ni poder, ni oro, ni fama
quiero entonces mujer. Tú eres mi vida,
ésta y la otra, si hay otra; y sólo ansío
gozar tu cuerpo que a gozar me llama
¡ver tu carne a mi carne confundida,
y oír tu beso respondiendo al mío!..
(Joaquín Dicenta)

3 comentarios:

Merce dijo...

"El jardín de las delicias" fue pintado entre el siglo XV y XVI -aún no existe acuerdo sobré la fecha de su creación-.

La parte izquierda simboliza, probablemente, el jardín del Edén; la derecha, el infierno y la central, el Jardín de las delicias, propiamente dicho.

La religión cristiana identificó la liberación sexual con uno de los pecados capitales: la lujuria.

Todos tenemos acceso actualmente al jardín central, y a mi entender tanto el panel izquierdo como el derecho están a la misma distancia. Escoger entre el castigo, la culpa y la condena o entre el deleite, la naturalidad, el placer y la belleza, es ya cuestión de cada uno. Una vez más las elecciones presentes crean el futuro. Lo aprendido no es innato, la esencia humana sí.

RAMPY dijo...

Es uno de los cuadros que más me gustan porque en él se ve reflejado la esencia del hombre en este mundo.
Saludos.

Merce dijo...

Hola Rampael:
Estoy de acuerdo contigo. Para mí también es uno de mis cuadros favoritos. La esencia del ser humano, sin censuras. Y como digo, tanto el cielo como el infierno están a igual distancia y la elección es nuestra.
Muchas gracias.
Besos