- ¿Ves a los abuelitos y a Tobi?
- No... Deben estar por otra parte. Desde aquí no los veo. El cielo es muy grande.
- ¿Ves el camino para llegar al cielo?
- No, tampoco. Debe estar por alguna de esas montañas altas que parece que están más cerca.
- Supongo que se debe estar bien allí porque todo el mundo se acaba yendo y nadie vuelve ni siquiera de visita.
- Pues supongo.
- Tete... yo no sé si sabré ir sola....
- No te preocupes, cuando quieras ir me lo dices y te acompaño, pero hoy no que con el partido de fútbol de esta tarde me he quedado molido. ¡Y menudo golazo que he metido! Sara...¿Cómo es no ver nada?
- No lo sé.- Pero... ¿de qué color es la nada? ¿ Es negra?
- ¿Cómo es el negro?
- Pues negro... que cuesta ver, como por la noche cuando no hay luna o cuando apagamos la luz para dormir.
- ¿Cuando está encendida se ve diferente?
- Sí, se ve todo. Cuando está apagada no se ve nada.
- Pues entonces debo ver negro. El maestro Emilio dice que los ojos son como ventanas al mundo por las que podemos asomarnos y ver lo que hay fuera. Y dice también que las mías están cerradas.
- ¿Y no podemos abrirlas?
- Creo que no. Ayer me dijo que como no puedo mirar hacia afuera, he aprendido a mirar hacia adentro.
- ¿Siii? ¡Anda! ¿Y qué hay por dentro? ¿Puedo verlo?
-Merce-
8 comentarios:
Gran invento el ver hacia dentro,jeje
Me ha gustado esta historia.
Un beso Merce
Lo que yo he podido ver, y tanto agradezco, es que dejaras una bonita flor en mi alféizar.
Un millón de gracias, Merce.
Y un abrazo.
Por dentro hay lo que muchas veces no queremos ver y nos empeñamos en ocultar. Por dentro hay lo que nos hace ser como somos y lo que nos impide no ser como podríamos llegar a ser. Por dentro hay lo que otros ven de nosotros y lo que no quieren ver, lo que nosotros queremos que los demás vean y lo que escondemos a la vista de los demás. El interior es un mundo apasionante y tan lleno de cosas como el de fuera. Es una lástima que muchas veces tengamos la ventana hacia el interior cerrada.
Mucho mejor éste que el anterior... Hay que meter luz que dentro puede estar muy oscuro
Nuestro interior, ese que guardamos celosamente, mirarlo es descubrir rincones con polvo que se nos acumula por limpiar tanto por fuera y tan poco en el interior.
Un besito
Hola!
Juancar: Quizá es tan importante ser capaz de mirar hacia adentro cómo hacia afuera. Me alegro de que te gustara. Otro beso.
Dedalus: las mismas gracias a ti por cogerla. Otro abrazo :)
Mr. Blogger: siempre estamos a tiempo de abrir el otro enfoque. :)
parce: son temas distintos y con intencines distintas :) Una forma de dar luz es atreverse a mirar.
Cuarentañera: lo cierto es que cada uno tenemos un punto de la partida, bien sea hacia el exterior, bien hacia el interior. Si en un primer momento no hay elección, siempre llega la posibilidad de elegir completarnos, explorar y descubrir partes de nosotros que nos son desconocidas y a la vez muy necesarias. Otro besito
Muchas gracias a tod@s.
Puertas y ventanas, sin cerraduras.
Que permitan el paso de adentro hacía fuera y, vicerversa por supuesto.
Hola Gabiprog!
Eso sería lo ideal un flujo continuo de intercambio entre lo de dentro y lo de fuera. Ser capaces de dar y recibir.
Besos y gracias.
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