martes, 8 de marzo de 2011

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La línea sigue siendo tan fina...


Ya tengo la segunda mayoría de edad cumplida (18 x 2), por lo cual debería tener el doble de juicio que se espera haya a los dieciocho años. Aunque no habiendo sido nunca para mí la valoración plato de buen gusto (siempre he eludido todo tipo de concursos y competiciones fueran de la índole que fueran) y siendo también poco partidaria de las etiquetas cerradas e impermeables que muchos de mis colegas, pertenecientes a otras escuelas terapéuticas, usan a discreción, voy a evitar enclaustramientos y juicios al respecto de aquello en lo que pretendo que os detengáis hoy. No puedo cuanto menos, evitar cuestionarme dónde está el límite entre lo sano y lo patológico; entre lo meramente demostrativo y lo morboso; entre la sexualidad como algo natural y la sexualidad como pornografía; entre demostrar científicamente y crear expectáculo.
Como dije arriba, no me voy a pronunciar al respecto, pero sí abro este espacio  y os invito a reflexionar, cada uno del modo que pueda, sobre las cuestiones expuestas..
Esto viene a raíz de una noticia que ha recorrido el mundo en los últimos días. Aquí os paso varios enlaces que un periódico español ha publicado: Sexo en vivo en la Universidad de Northwestern en Chicago. Y a los pocos días: Pide disculpas el profesor que ilustró una clase universitaria con sexo en vivo.
 Y para acabar con una pregunta de lo más gestáltica ¿cómo os sentís con esto de lo que os hago partícipes hoy?

6 comentarios:

Basseta dijo...

Yo creo que no existen verdades absolutas ni reglas morales universales e intocables. Hace 500 años era delito intentar diseccionar un cadáver para estudiar su morfología. A Galileo casi lo queman por cuestionar la "verdad" oficial. En los colegios donde yo me eduqué se separaba a los niños y las niñas (juntarlos era casi pornográfico). Cada época tiene su conjunto de standares de vida y comportamiento, pero vamos evolucionando poco a poco.

Merce dijo...

GRacias Basseta.
Aunque lo cierto es que los cambios de paradigma se dan no sólo cuando unos quieren, sino cuando se combinan una serie de circunstancias sociales y culturale y muchas veces los transgresores no tienen en cuenta estos aspectos.
Si esos estudiantes estaban tan preparados, ¿Cómo se hizo pública la noticia y se volvió en contra del profesor?
Además entra dentro del protocolo científico informar a los voluntarios explícita y claramente de la intervención que se va a requerir de ellos y aquí los voluntarios dicen que no esperaban que les pidiera eso, y es por aquí por donde creo se van enfocando las investigaciones.
¿Cuáles son los móviles que incitaron a este profesor a realizar esto?

Merce dijo...

Es más yo diría que la polémica no la ha despertado el hecho en sí, sino el procedimiento.

hippie pirata dijo...

En todos los sitios se cuecen habas y en un aula, por muy preparada que esté, siempre hay quien ve las cosas de manera distinta al resto. Supongo que eso tendrá un nombre.

Pero este no es el caso. Lo más significativo es que de 600 se quedaron 100. Cuántos de los que no participaron debieron considerar que ya tenían superado el tema?
Muchos supongo, pero no tantos. Y suponiéndole una sociedad puritana y sexista, que en los EEUU abundan, ¿qué porcentaje de mujeres no asistieron?

Lo sano y lo patológico... ¿Quién puede sentirse capaz de juzgar dónde se encuentra la frontera? Un intransigente que se cree poseedor de la verdad.
Por otro lado... ¿Cuántos adolescentes han aprendido lo que es sexo y erotismo con películas, cómics, etc. ? Y ¿cuántos de mi edad? ya casi sexagenarios.

Merce dijo...

Hola Pau!
Bueno, yo no sé si se trata de tener o no superado el tema, sino más bien de falta de información a fin de que los alumnos hubieran podido asistir y/o participar voluntariamente, sabiendo dónde iban y qué es lo qeu podían ver.
Claro que habiéndolo explicado a priori, hubiera despertado la alarma entre los no partidarios de la clase que hubieran hecho correr la voz por la Universidad. Yo creo que este hombre se aprovechó de su posición y metió una clase que, a su criterio, podría ser didáctica, pero que ni pensó en los alumnos ni mucho tampoco en las consecuencias.

Gracias.

Luis dijo...

Pues, a mi me sorprendería un poco presenciar sexo en vivo realizado por dos conocidos, pero a no ser que las personas implicadas fueron forzadas a ver o hacer el acto, no veo que tenga que ser algo tan catastrofico.