miércoles, 6 de abril de 2011

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En el fondo, poco importa el lugar..

Hoy estoy en el suroeste de Alemania, en un enclave cuanto menos diferente. Weil am Rheim es un lugar de esos que no pertenecen a ninguna parte y a la vez a todas. Estamos a veinte minutos a pie de Suiza, a una hora de Francia y dentro de tierras alemanas. Este pueblito es precioso, sin apenas edificios y con casas de esas que los habitantes del sur de Europa asociamos directamente con los cuentos. Lo curioso es que casi todo el mundo habla  los tres idiomas y se mueven de un territorioa a otro, incluso diariamente: viven en Alemania, trabajan en Suiza... lo que se justifica probablemente, porque lo que diferencia residir en un lugar u otro es el nivel de impuestos a pagar.
Hoy estoy de relax en este lugar, mientras M se encuentra en una conferencia en la ETH de Zurich (investigan sobre los efectos contaminantes del selenio) y L en Basilea en el manejo de las desorbitadas cifras de una de las mayores empresas sanitarias del mundo. Voy a aprovechar para disfrutar de este silencio, calma, paisajes verdes y la magia de esta zona. Leer, estudiar y reflexionar sobre lo que realmente supone ser extranjero. La verdad es que yo me siento extranjera en todas partes y en ninguna.   Al fin y al cabo todos somos El Mundo.

2 comentarios:

parce dijo...

Muy bueno eso de sentirse extranjera en todas partes y en ninguna. Besos para L y M

Merce dijo...

Sí, es que es así como me siento. Besada y besado quedan de tu parte.
Besos también para ti.